lunes, 14 de marzo de 2011

Historia De La Casa De Panchita

La Casa De Panchita Se Fomenta El desarrollo De La Autoestima

La Casa de Panchita es un lugar de encuentro al que las trabajadoras del hogar de todas las edades pueden llegar cuando lo desean y quedarse las horas que quieran. Está abierta todos los domingos del año de 9am a 7pm, y de lunes a viernes de 9am a 5pm.

En La Casa de Panchita se fomenta el desarrollo de la autoestima de las trabajadoras del hogar, el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus responsabilidades; y se promueve su empoderamiento e impulsa su autonomía para la mejor toma de decisiones en todos los aspectos de su vida. Asimismo, niñas y adolescentes trabajadoras domésticas o en riesgo de serlo participan en jornadas dominicales donde se les brinda una alimentación balanceada, se fortalece su aprendizaje escolar por medio de actividades lúdicas, y se organizan paseos recreativo-culturales con el fin de que conozcan la historia y patrimonio de la ciudad de manera entretenida.
La mayoría de las actividades son gratuitas: reforzamiento escolar y acceso a una biblioteca; clases de inglés, colocación de empleo en servicio doméstico, orientación legal en problemas laborales y gestión de documentos personales, consejería en salud sexual y reproductiva, orientación en problemas emocionales, participación en talleres (de autoestima, de deberes y derechos, de danza, de dinámicas teatrales, de manualidades, de cocina, y otros), películas en video, salidas culturales y recreativas; y eventualmente, contacto con sus familias en las zonas rurales. Únicamente se paga, a muy bajo costo: clases de computación, transporte para excursiones y almuerzos.
Conoce de cerca nuestras actividades en este video realizado por Hanna Davis (voluntaria)

'Domingos En La Casa De Panchita'

 
 
Historia De La  Casa De Panchita

La Casa de Panchita fue creada respondiendo a una necesidad expresada por las trabajadoras del hogar. En 1998 publicamos la historieta "Panchita", que relata la vida de una jovencita provinciana que lucha por tener una vida mejor trabando en servicio doméstico y estudiando. Las trabajadoras del hogar reaccionaron a este folleto, diciendo: "Panchita debe tener una casa", y nosotras decidimos alquilar un cuarto de 35 metros cuadrados, ese mismo año.
 
Luego de tres años en aquella habitación, en el año 2001 nos mudamos a una casa de unos 200 mts2. Sin embargo, pasados otros tres años, la afluencia de trabajadoras del hogar era tan grande que se hacía difícil caminar dentro del local.

En julio 2005 alquilamos una casa de unos 500 mts2. Se trata de una construcción de adobe y ladrillo, de inicios del siglo pasado. Es muy iluminada y cálida. Está situada a una cuadra del Ministerio de Trabajo y del Ministerio de Salud, y está rodeada de parques. Es posible llegar a ella desde todos los puntos de la ciudad de Lima.

A La Casa de Panchita llegan, cada domingo, unas 120 o más trabajadoras del hogar. Desde noviembre 2005 atendemos a niños de ambos sexos, trabajadores del hogar, y también a sus hermanitos que se encuentran en riesgo de ingresar a esta ocupación. Nuestra cobertura ha crecido de 305 TH en 1998, a más de 32,000 en el 2008, es decir 104 veces más TH atendidas, lo que ha sido posible gracias al incansable trabajo voluntario de peruanos y extranjeros, y de trabajadoras y ex trabajadoras del hogar, como nuestra coordinadora de La Casa de Panchita, Sofía Mauricio, quien trabajó en servicio doméstico desde los 7 hasta los 35 años.
Ante esta situación y nuestro interés de atender a más mujeres trabajadoras del hogar y niños en riesgo de TID, La Casa de Panchita necesita tener un local propio y desde el 2007 lanzamos la campaña ‘Una Casa para Panchita', con la esperanza de hacer realidad este sueño.

Retos Futuros

 Una de las preocupaciones fundamentales de nuestra ONG es mejorar las capacidades del equipo de trabajo para mejorar la calidad de nuestro trabajo:
  • Empoderar a las ex-trabajadoras del hogar que integran nuestro equipo de trabajo, para asegurar que La Casa de Panchita sea sostenible en el futuro, pues son ellas las que deben asumir el reto de continuar apoyando a otras niñas y mujeres que trabajan en servicio doméstico. Estamos hablando de una discriminación y explotación de varios siglos que no cambiará sino como resultado de un proceso muy lento pero necesario.
  • Formar a estudiantes universitarios, profesionales y voluntarios en el conocimiento de esta temática y en las mejores prácticas de atención. De esta manera esperamos motivar que en el futuro sigan dedicando su quehacer profesional a estos excluidos sociales. Su compromiso y aporte son esenciales para el éxito.
  • Fomentar un mayor compromiso en el actual equipo de trabajo, con miras a que algunos de sus integrantes continúen desarrollando esta propuesta como su compromiso de vida. Esto es, pensando en la transferencia de responsabilidades, imprescindible para asegurar la permanencia futura.
La AGTR reconoce que quienes se encuentran en una situación más vulnerable son las trabajadoras del hogar menores de 18 años. Sin embargo, su atención es la más costosa, desde la identificación, lograr el permiso de la familia, trasladarlas a nuestro local, contar con suficiente personal, etc. Esto puede observarse en la metodología descrita en "Cuando sea grande...", y en "Como jugando", para el trabajo con las niñas, niños y adolescentes; y en "Darse cuenta, hacer algo" para el trabajo con las familias.

Los logros alcanzados por AGTR se sustentan, especialmente, en el trabajo voluntario. Éste es desarrollado por todos los integrantes del equipo de trabajo, que contribuyen más allá de sus responsabilidades asignadas. Asimismo, un número fluctuante de voluntarios peruanos y extranjeros se compromete desde dos horas semanales hasta un periodo de un año, con un trabajo de 35 o más horas semanales. Para nosotras es un reto ofrecer un programa lo suficiente atractivo y enriquecedor, que motive a que este invalorable apoyo continúe.

Un reto lo constituye también asegurar que se pueda pagar el alquiler mensual de La Casa de Panchita, que es de $1,300.00 dólares. Tenemos la terca esperanza de que este proyecto alguna vez tendrá un local propio, un equipo de trabajo estable, y que muchas más trabajadoras del hogar encontrarán allí el espacio para su formación como ciudadanas en pleno ejercicio de sus derechos