viernes, 23 de diciembre de 2011

La Navidad Del Renegado Don Emilio Donde Si Se Presta Para Tener Negocio Redondo

Edicion Nº

Revista Somos Jovenes Lima Metropolitana

Email: somosjoveneslima@hotmail.com


LA NAVIDAD DE LA HIPOCRESIA







¿No sé si cabe la expresión FELIZ NAVIDAD? Cuando existen en el Perú 6 millones de niños que trabajan, hijos de madres solteras.


¿No sé si cabe la expresión FELIZ NAVIDAD? Cuando vemos en las Lomas de Carabayllo a 300 niños navegado en la basura.


¿No sé si cabe la expresión FELIZ NAVIDAD? Cuando sabemos que en las Lomas de Carabayllo existen niños con plomo en la sangre.


¿No sé si cabe la expresión FELIZ NAVIDAD? Cuando sabemos que en el Asentamiento Humano Sol Naciente (km.19) existen niños picapedreros.


¿No sé si cabe la expresión FELIZ NAVIDAD? Cuando vemos a tantos niños en las calles de Carabayllo y en el país trabajando en las fechas de Navidad.


¿No sé si cabe la expresión FELIZ NAVIDAD? Cuando en el Perú 12 mujeres al día son asesinadas por su parejas


Es realmente triste, es por esto que se hace necesario realizar algo realmente importante por ellos, para que esta Navidad sea una fecha alegre para ellos, porque son niños y tienen derechos, pero especialmente en Navidad, debemos abrir nuestros corazones por ser lo que mas lo necesitan, no es difícil, entre la familia, entre un grupo de amigos, organizarse y poder llevar sonrisas. Son niños que no tienen la culpa de ser pobres.


“LOS NIÑOS POBRES NO VIVEN EN EL SENTIDO EXACTO DEL TERMINO. ESOS NIÑOS POBRES Y MARGINADOS VEN SU EXISTENCIA COMO UN DÍA MAS DE SUFRIMIENTO EN SU PENOSA VIDA, POR QUE NACIERON EN LA POBREZA, POR QUE LA POBREZA TRASCURRE EN ELLOS DÍA A DÍA, NOCHE A NOCHE, Y POR QUE LA POBREZA LOS APLASTA, LOS ENFERMA, LOS ANIQUILA”. “SON NIÑOS QUE NO SABEN SI COMERAN MAÑANA” ESE ES EL ROSTRO DE LOS NIÑOS POBRES.


Me vienen a la memoria unas palabras del Papa Benedicto XVI al respecto:


«La Navidad es el encuentro con un recién nacido que llora en una cueva miserable. Contemplándolo en el pesebre, ¿cómo no pensar en tantos niños que también hoy, en muchas regiones del mundo, nacen en una gran pobreza? ¿Cómo no pensar en los recién nacidos que no son acogidos sino rechazados, en los que no logran sobrevivir por falta de cuidados y atenciones? ¿Cómo no pensar también en las familias que quisieran tener la alegría de un hijo y no ven cumplida esta esperanza? Por desgracia, por el impulso de un consumismo hedonista, la Navidad corre el riesgo de perder su significado espiritual para reducirse a una mera ocasión comercial de compras e intercambio de regalos».